Charles Darwin, Biografía

Charles Robert Darwin fue un científico naturalista inglés, conocido principalmente por su tratado El Origen de las Especies, donde estableció las bases de la evolución biológica a través de la selección natural.

Charles Robert Darwin nació el 12 de febrero de 1809 en Shrewsbury, Inglaterra.

Es el primero de los biólogos evolutivos, creador del concepto de selección natural. Sus principales obras, El Origen de las Especies por Medio de Selección Natural de 1859 y El Descenso del Hombre de 1871 marcaron una nueva época.

Estas obras fueron violentamente atacadas por religiosos pero defendidas con energía en ese entonces por él. Hoy son tomadas como referencia por los científicos más prestigiosos del planeta aunque siguen siendo fuente de debate.

Juventud

Su padre era médico y su madre era hija de Josiah Wedgwood, un reconocido ceramista.

Darwin primero estudió medicina en Edimburgo, pero pronto se hizo evidente para su familia, y en particular al joven Charles, que esta no era la carrera indicada para él.

Así que fue trasladado a la Iglesia de Cristo en Cambridge en el año de 1828 para que iniciara su formación para el ministerio.

Allí, Darwin entabló amistad con su profesor de biología John Stevens Henslow y su interés por la zoología y la geografía creció.

Su profesor de geología Adam Sedgwick se fijó en el interés de Darwin en sus estudios y empezó unas tutorías con él.

Viaje en el Beagle

Justo después de un viaje a Gales con Sedgwick, Darwin logró obtener a través de los esfuerzos del profesor Henslow una invitación para viajar a los mares del sur a bordo del Beagle, que al parecer estaba dotado por el almirantazgo para permanecer a bordo durante un largo periodo. En una carta, Henslow le informó a Darwin que él era el hombre preciso que estaban buscando.

Aunque hubo algunos momentos de ansiedad, Darwin fue aceptado por los responsables de la travesía. Los planes para el viaje del Beagle se extendieron, en el sentido de que iba a tener lugar durante casi cinco años, entre 1831 y 1836.

Su ruta tendría lugar a través de la costa de América del Sur, las islas del sur y Australia.

Si bien a bordo del buque Darwin se desempeñó como geólogo, botánico, zoólogo, y hombre de ciencia en general, era extraño tener a bordo de un buque de velas de los primeros años del siglo XIX una persona que supiese leer y escribir como Darwin, que sabía la necesidad de aplicar los principios científicos a la actividad de recopilación de datos y llevar a cabo investigaciones sobre ello.

Es seguro que el relato como tal de los viajes y observaciones de Darwin, mientras estuvo a bordo del Beagle, es un tema interesante en sí mismo, pero basta decir que Darwin adquirió una experiencia que resultaría ser importante para su obra Zoología del Beagle, la cual se publicó en 1840.

Darwin afirmaría que mientras estuvo a bordo de este crucero como naturalista se sorprendió mucho de ciertos hechos en la distribución de los seres vivos que habitan América del Sur y de las relaciones geológicas desde los antiguos habitantes del continente hasta la presente generación.

Decía en El origen de las especies que los hechos parecían arrojar algo de luz sobre el origen mismo de las especies.

Influencias

Muchos de los escritos de Adam Smith tuvieron gran influencia en Darwin, quien posteriormente encontraría similitudes en la forma que una economía libre y la selección natural se comportan.

Darwin afirmaría que en 1838, quince meses después de que hubiese comenzado su investigación sistemática, se le ocurrió leer por diversión el escrito de Thomas Malthus Ensayo sobre la Población, y desde ese entonces apreció y entendió la lucha por la existencia.

Además, en la observación de animales y plantas, vio que en circunstancias naturales las variaciones favorables tenderían a ser preservadas y las desfavorables a ser destruidas: el resultado de esto sería una nueva especie.

Así había tenido la fortuna de tener una teoría sobre la cual a trabajar.

Personalmente, Darwin no pudo seguir suscrito a las enseñanzas del Génesis en las cuales cada una de las especies se habían creado en su conjunto y han vivido a través de los tiempos sin cambios, teniendo en cuenta sus propios estudios zoológicos, botánicos, geológicos y paleontológicos, así como sus propias investigaciones y pruebas.

Toda la evidencia apoya (y ninguna sola existe que refute) la tesis de que la vida en la tierra ha evolucionado; la vida comenzó lentamente y de forma diminuta, y nuestro actual estado de existencia es el resultado de un proceso de trabajo natural a lo largo de un período de millones y millones de años.

A su juicio, sus propias experiencias personales son considerables y los datos que había reunido eran verídicos.

Leía considerablemente mucha información contenida en artículos de las revistas que adquiría y habló con criadores de animales domésticos.

El Origen de las Especies

Sólo largos años de trabajo lograron que el propio Darwin se sintiese listo para expresarse. Más años pasarían aún, durante los cuales reuniría más y más pruebas, hasta que en 1859, Darwin salió con su presentación académica El origen de las especies.

Este trabajo es ahora reconocido como fundamental en el trabajo de las ciencias naturales y la biología. En pocas palabras, la teoría de Darwin trata sobre el hecho de que las cosas y, en particular la vida, evoluciona en un proceso que él llamó «selección natural».

La visión evolutiva global de Darwin es monista, mostrando que nuestro universo es un proceso unitario y continuo donde no cabe la posibilidad de una existencia dualista, y que todos los fenómenos son enteramente naturales.

Sir Julian Huxley afirmaría que la idea de Darwin es la más poderosa y completa que ha surgido en la tierra. Que ayuda a comprender nuestros orígenes, haciéndonos parte de un proceso total, de la misma materia y la misma energía que el resto del cosmos.

Así, la teoría de la evolución ya no es sólo una teoría, sino una abrumadora cantidad de pruebas que se ha acumulado desde Darwin, teoría que no podido ser refutada con éxito.

Él descubrió su ley del mismo modo en que Copérnico, Galileo y Newton descubrieron las suyas.

La teoría presentada como tal en El origen de las especies no fue nueva para el mundo y no puede ser atribuida solamente a Darwin. Contrariamente a la creencia popular, la teoría estuvo en el aire desde la época de Aristóteles y Lucrecio.

La contribución de Darwin es que en él se reunieron pruebas indiscutibles y establece una teoría sobre cómo funciona la evolución, que es mediante la selección natural.

Darwin diría que la selección natural es escrutable cada día de su existencia, en cada rincón del mundo, con cada variación, aun siendo esta la más mínima, y que de esta forma rechaza lo que es malo y preserva y suma todo lo que es bueno.

Además indicó que esta trabaja en silencio, y lo hace siempre y cuando la vida ofrezca la oportunidad, mejorando a cada ser orgánico en relación con sus orgánicas e inorgánicas condiciones de vida.

Aun así no se ve nada de estos lentos cambios en curso sino hasta que la mano del tiempo marque una larga etapa.

La labor de Darwin nos ha permitido ver la posición del hombre y de nuestra civilización actual con una verdadera luz. El hombre no es un producto acabado, incapaz de seguir avanzando como se ha pretendido desde hace tanto tiempo.

Tiene una larga historia detrás de él y no se trata de una historia en retroceso sino de un ascenso continuo que tiene la posibilidad de una mayor evolución progresiva.

Además, a la luz de la evolución, se debe aprender a ser más paciente. Los pocos miles de años de historia no son nada en comparación con los millones de años durante el cual el hombre ha poblado la tierra, y los millones de años de vida antes de él.

Darwin murió el 19 de abril de 1882 en Downe después de sufrir una enfermedad.

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