José María Dionisio Melo Ortiz​ fue un militar y político neogranadino cuyo golpe de estado en 1854 dio inicio a una de las incontables guerras civiles que vivió Colombia en el siglo XIX.

José María Dionisio Melo Ortiz nació el 9 de octubre de 1800 en Chaparral, Tolima, Colombia. De origen indígena, fue hijo de Manuel Antonio Melo y de María Antonia Ortiz.

Vivió en Ibagué hasta empezar su carrera militar como Teniente en el ejército de Simón Bolívar en abril de 1819, teniendo la oportunidad de participar en las batallas de Bomboná en 1822, Junín y Ayacucho en 1824, decisivas en la independencia de Perú.

Un año antes había ascendido a Capitán y posteriormente peleó en la toma del Callao en 1825.

Participó bajo el mando de Tomas Cipriano de Mosquera en el Portete de Tarqui con motivo de la invasión peruana a la Nueva Granada en 1829. En 1830 ascendió a Coronel.

Hizo parte de la rebelión del batallón del Callao en Bogotá contra el gobierno de Joaquín Mosquera y estuvo de acuerdo con la toma del poder por parte del General venezolano Rafael Urdaneta, ya que ambos promulgaban los ideales de Bolívar.

Una vez Domingo Caycedo se declaró en ejercicio del poder, después de las acciones victoriosas de José María Obando y José Hilario López contra Urdaneta, Melo tuvo que abandonar el país.

Fue a Venezuela, pero allí también actuaría en contra del gobierno de José María Vargas y lo derrocaría con un grupo de conspiradores como parte de la célebre Revolución de las Reformas en Venezuela, entre los que se encontraban Santiago Mariño, Diego Ibarra y Pedro Carujo.

Sin embargo, debido al desorden institucional provocado, José Antonio Páez retomó el control y dejó encargado de la presidencia a José María Carreño.

Algunos miembros de los reformistas fueron capturados y otros expulsados del país a finales de 1836, encontrándose Melo en este último grupo.

Melo viajó entonces a Europa y vivió durante 1837 en Bremen, Sajonia (actual Alemania), donde se instruyó con textos de corte socialista.

Volvió a Nueva Granada en 1840 y se dedicó a actividades de su vida privada en Ibagué.

Durante el gobierno de José Hilario López, se le restituyeron sus grados, además de ascenderlo a General en 1851.

Por esa época estaba casado (desde 1843) con Juliana Granados, con quien tuvo un hijo. Su segundo matrimonio fue con María Teresa Vargas, con quien tuvo un hijo y una hija.

Se le asignó la jefatura del ejército entre agosto de 1851 y junio de 1852.

La situación en la patria estaba tensa pues la clase dirigente, que buscaba integrar la economía neogranadina al mundo dando concesiones a empresas británicas y europeas sobre el territorio nacional e impulsando el librecambio, generaba descontento entre los artesanos.

Los disturbios por la lucha de clases cada vez eran más violentos e incontrolables.

A partir de la muerte de un cabo bajo el mando de Melo, empezó la cuenta regresiva para la guerra civil.

En enero de 1854, el cabo Pedro Ramón Quiroz tuvo una pelea y quedó herido de gravedad, razón por la cual llegó tarde al regimiento. Melo lo mandó arrestar pero una vez se enteró de su estado lo enviaron a un hospital militar.

El joven murió y a Melo se le acusó de ser el causante de su muerte. Aun con pruebas y testigos que confirmaban su inocencia, iba a ser juzgado en un consejo de guerra.

José María Obando, quien se encontraba gobernando el país desde el 1 de abril de 1853, fue hecho prisionero por Melo el 17 de abril de 1854. Una vez en el poder, Melo abolió la constitución vigente y cerró el congreso. Esto dio inicio a una nueva guerra civil.

Su gobierno fue asediado constantemente durante los ocho meses que estuvo en el poder.

José Hilario López tomó el mando del ejército del sur y Tomas Cipriano de Mosquera del ejército del norte.

Ambos se encontraron en la sabana de Bogotá y bajo el mando de Pedro Alcántara Herrán, atacaron a Melo, quien contaba con cerca de 7.000 hombres.

El 4 de diciembre Melo se rinde y es condenado a prisión, se le confiscaron sus bienes y luego fue desterrado por 8 años.

Sin embargo, Melo no volvería a pisar Colombia, ni sus restos una vez muerto.

En octubre de 1855 viajó a Costa Rica. Luego, en 1859 se encontraba en El Salvador y allí fue nombrado inspector del ejército por el gobierno de ese país. Posteriormente viajó a Guatemala.

Su última parada sería México, donde solicitó a Ángel Albino Corzo, seguidor de Benito Juárez, que lo ayudara a entrar al ejército. Corzo habló con Juárez y este permitió su ingreso.
 
En Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala, tenía listo un pequeño ejército para defender las ciudades vecinas de los ataques de conservadores mexicanos quienes preparaban los ataques desde Guatemala.

José María Melo murió fusilado el 1 de junio de 1860, en la población de La Trinitaria, cerca de Chiapas, México, luego de que su destacamento fuese sorprendido por fuego enemigo.

Un comentario

  1. espectacular

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