José de San Martín, Biografía

José Francisco de San Martín y Matorras fue un militar argentino cuya influencia y participación permitieron la independencia de Argentina, Chile y Perú.

Juventud

José Francisco de San Martín y Matorras nació en Yapeyú, antigua provincia jesuita actualmente ubicada en Argentina, el 25 de febrero de 1778. Fue el menor de cinco hermanos, su padre se llamó Juan de San Martín y Goméz y su madre Gregoria Matorras del Ser.

Al ser su padre español, realizó sus estudios al igual que sus hermanos en ese país, donde aprendió castellano, latín, francés, alemán, baile, dibujo, poética, esgrima, retórica, matemática, historia y geografía.

Carrera militar

El 21 de julio de 1789, con once años de edad inició su carrera militar como cadete en el regimiento de Murcia.

En los años siguientes ganó amplia experiencia militar como consecuencia de su participación en las guerras iniciadas por Napoleón Bonaparte y en las guerras de independencia española, llegando en 1808 al grado de teniente coronel gracias a la actuación de su batallón en el combate de Bailén.

Durante estos episodios conoció a Lord Macduff, noble escocés que lo introdujo a las logias secretas que conspiraban en Europa para la independencia de América del sur.

Sin embargo, es hasta el 25 de mayo de 1810, cuando ocurrió la Revolución de Mayo y se destituyó el virrey del virreinato del Río de la Plata, que San Martín tuvo una oportunidad de auxiliar en su tierra natal.

El 6 de setiembre de 1811 renunció a su cargo dentro del ejército español y se dirigió a Londres con una carta de recomendación para el propio Lord Macduff.

Vivió en Westminster, cerca de la capital inglesa, donde conoció diversas personalidades americanas que también aspiraban por la independencia de España.

Independencia del Río de la Plata

Para el 12 de enero de 1812, junto a otros militares regresó al Río de la Plata, donde se colocó a las ordenes del primer triunvirato para consolidar la independencia.

El 16 de marzo se aceptó su propuesta para fundar el regimiento de granaderos a caballo para proteger las orillas del río Paraná de incursiones de tropas realistas.

Ese mismo año, fundó junto a Carlos María de Alvear la logia de los caballeros racionales que luego se llamó logia Lautaro.

A causa de la «poca decisión por la independencia» del primer triunvirato, los fundadores de la logia Lautaro dirigieron la revolución del 8 de octubre de 1812 donde se creó un segundo triunvirato, el cual el 7 de diciembre le otorgó a San Martín el grado de coronel y comandante de los tres escuadrones existentes de granaderos a caballo.

En medio de la defensa del río Paraná ocurrió el combate de San Lorenzo, el 3 de febrero de 1813, donde San Martín casi muere, más logró con la victoria asegurar que las tropas realistas no volvieran a frecuentar dicho afluente.

De esta manera el libertador ganó la confianza del triunvirato, el cual aún no estaba seguro de su lealtad.

Luego del éxito de San Lorenzo, San Martín asumió la jefatura del ejército del norte, hasta ese momento a cargo de Manuel Belgrano.

Es entonces cuando comenzó a desarrollar su plan continental, con el cual propuso liberar Lima, centro de operaciones de los realistas en Sudamérica mediante el cruce de los Andes para atacar la ciudad directamente por la costa.

Igualmente en 1814, es nombrado gobernador de la intendencia de Cuyo, en Mendoza, donde comenzó a planear y organizar de forma más concreta el plan continental.

Independencia de Chile

En contraposición, debido al desastre de Rancagua, en octubre de ese mismo año, decidió ir en auxilio de Chile para asegurar la independencia del territorio de las tropas leales a la corona española.

Durante este giro estratégico conoció a Bernardo O´Higgins, con quien marcharía posteriormente.

Así comenzó a armar y entrenar el ejército de los Andes, donde reunió a los refugiados chilenos, las milicias locales de Cuyo, gran cantidad de voluntarios de su provincia y varios oficiales del Ejército del Norte.

También pidió y logró que los batallones del regimiento de granaderos a caballo, desperdigados entre varios destinos, le fueran enviados a Cuyo.

Aunque su colega y entonces director del triunvirato Carlos María Alvear no le permitió organizar este cuerpo expedicionario, un nuevo director, Juan Martín de Pueyrredón, aprobó el proyecto para iniciar la campaña por Chile y Perú, la cual comenzó oficialmente el 20 de mayo de 1816.

El ejército de los Andes contó con el financiamiento del propio Pueyrredón, además de contribuciones obligatorias por parte de comerciantes y hacendados, los cuales eran amenazados con la confiscación de sus bienes en caso de no apoyar la empresa.

Las tropas se reunieron en el sitio llamado El Plumerillo, donde se fundó un gigantesco campamento para adiestrar soldados, reunir animales de carga, fabricar municiones, armas y uniformes, y planear los detalles del viaje.

En este proceso destacó fray Luis Beltrán, jefe de los talleres, el cirujano inglés James Paroissien, como encargado de la sanidad del campamento y el coronel José Antonio Álvarez Condarco, encargado de dibujar los planos de los distintos cruces a utilizar en medio de los Andes.

El 12 de enero de 1817 salió del lugar indicado el gran ejército que contó inicialmente con 3 brigadieres, 28 jefes, 207 oficiales, 3.778 soldados, 1.200 milicianos montados para conducción de víveres y artillería, 120 barreteros de minas para facilitar el tránsito por los pasos, 25 baqueanos para guiar las tropas por los caminos, 47 miembros para el hospital de campaña, 16 piezas de artillería, entre las que se contaron 10 cañones de 6 pulgadas, 2 obuses de 4 y ½ pulgadas y 4 piezas de montaña de 4 pulgadas, 15 empleados civiles, 1.600 caballos extras y 9.281 mulas.

Debido a la complejidad de movilización de un grupo tan cuantioso se dividió el avance en seis frentes, dos al norte, dos al centro (aquí iban el grueso de las tropas) y dos al sur, dispersando la atención del enemigo.

Un mes después de comenzar el avance del ejército se libró la batalla de Chacabuco donde los independentistas procuraron una aplastante victoria sobre los realistas.

Posteriormente, el 19 de marzo de 1818, el ejército de San Martín sufrió una derrota en la llamada sorpresa de cancha Rayada, mientras realizaban maniobras nocturnas en la ciudad de Talca, los españoles lograron atacar, quedando dueños de la plaza del pueblo, más el ejército independentista logró retirarse sin muchas bajas, teniendo la oportunidad de reorganizarse más tarde.

Luego de esto, el ejército unido libertador de Chile emprendió el camino hacia la capital: Santiago, donde se encontraron con el ejército real de Chile a 10 km de la ciudad en la llamada batalla de Maipú, el 5 de abril de ese año, consiguiendo la victoria el ejército libertador.

Fue entonces cuando O’Higgins, herido del combate anterior, salió al encuentro de San Martín, dándole un abrazo y llamándolo salvador de Chile.

Independencia de Perú

Pese a los inconvenientes causados por los conflictos entre unitarios y federales, el 20 de agosto de 1820 partió nuevamente una expedición desde Valparaíso y el 8 de septiembre desembarcó en Paracas, cerca de Pisco.

Luego San Martín decidió volver a embarcar con parte de las tropas para acercarse a la población de Huacho, sitiando definitivamente Lima.

Después de múltiples negociaciones infructuosas alrededor de la capital, el virrey abandonó la ciudad el 5 de julio dejando la puerta abierta a San Martín, quien organizó un cabildo abierto el 15 de julio, donde fue nombrado protector del Perú.

El ciclo de campañas finalizó luego de la entrevista de Guayaquil, ocurrida entre el 26 y el 27 de julio de 1822 donde San Martín discutió con Simón Bolivar la independencia de Perú y del resto de América.

San Martín cedió a bolívar el mando de su ejército y a cargo de Perú dejó a José Bernardo de Tagle, quien gobernaría intermitentemente entre 1922 y 1924 hasta el regreso de Bolívar. San Martín regresó a su patria.

Vida en Francia

Al haberse negado a participar del conflicto entre unitarios y federales en la futura Argentina, prefirió exiliarse a Francia, hacia donde partió el 10 de febrero de 1824 en compañía de su hija, debido a que su esposa María de los Remedios de Escalada falleció el 3 de agosto de 1823.

En el viejo continente se dedicó por entero a la formación de su hija, redactando en 1825 una serie de máximas para la educación de esta.

En 1829 intentó volver a Argentina, más los conflictos internos lo desalentaron al serle imposible desenvainar su espada contra otro paisano.

Volvió a Francia en 1831, donde se empleó como tutor de los hijos de su amigo Alejandro Aguado.

Para 1848 se trasladó a Boulogne-sur-mer donde falleció a la edad de 72 años, el 17 de agosto de 1850, en compañía de su hija y de su yerno.

En su testamento destacó como su primer título el de generalísimo del Perú. Además en el mausoleo se lee: «Triunfó en San Lorenzo, afirmó la Independencia Argentina, pasó los Andes, llevó su bandera emancipadora a Chile, al Perú y al Ecuador».

Sus restos fueron repatriados el 28 de mayo de 1880 a la Catedral de Buenos Aires.

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